La piedra de oro tiene una vibración positiva, especialmente en aspectos de trabajo, dando prosperidad. Se dice que, como sus reflejos vienen del oro, esparce riqueza y divinidad, no sólo en la parte material sino en la espiritual y mental. Es relajante y provee sueños apacibles a quien la posea, así como equilibrio en los pensamientos y acciones.